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domingo, 9 de septiembre de 2012

Colonia Caroya: Historia y tradición culinaria (1ra parte)


Colonia Caroya es sin dudas un emblema de los polos gastronómicos de nuestra provincia mediterránea de Córdoba, situada a en el departamento de Colon, pedanía las cañas, 55 km al norte de la capital de la provincia ofrece a los visitantes toda la magia de las costumbres italianas arraigadas, donde las costumbres del pasado se unen al presente en un paisaje serrano, cubierto por vegetación autóctona y cristalinos arroyos. La típica gastronomía caroyense no sólo se destaca por su tradición ítalo-friulana sino que está profundamente relacionada con la historia de la localidad

Un pueblo con historia
COLONIA CAROYA se asienta sobre parte de las tierras denominadas originariamente Caroya o Caroyapa, que antiguamente pertenecían a los sanavirones y luego fueron adquiridas por la Compañía de Jesús. Se estima que hacia 1616 comenzó a construirse la Estancia, primer núcleo productivo del sistema organizado por los jesuitas en la provincia de Córdoba.
Culminada la guerra de la independencia, una vez organizado el país y ante la necesidad de la apertura a la inmigración para el poblamiento del territorio nacional, durante la presidencia del Dr. Nicolás Avellaneda se promulgó la Ley que dispuso la fundación de una colonia agrícola ocupando las tierras de la Estancia de Caroya.
El 15 de marzo de 1878 llegaron aproximadamente 60 familias de inmigrantes friulanos (provenientes de la Región del Friuli, noreste de Italia) quienes vivieron en la Estancia de Caroya hasta que pudieron tomar posesión de sus tierras, que eran "monte virgen", sin agua, completamente aislado de lo que eran los centros poblados y sin la posibilidad de contar con los servicios mínimos.

Colonia Caroya, multicultural desde su origen Colonia: receptora de inmigrantes europeos; Caroya: palabra de raíces quichuas- constituye una síntesis del legado de la inmigración italiana, enriquecido con elementos del pasado jesuítico, de la cultura criolla y el aporte de las inmigraciones actuales.
Desde sus comienzos, los colonos agrícolas hicieron del trabajo de la tierra su principal medio de vida. Así crearon pequeñas producciones rurales con sembradíos, huertas, viñas y plantaciones de frutales, gallineros, criaderos de animales, a partir de los cuales todo aquello que producían, lo transformaban en alimentos y conservan que servían para su autoconsumo. El sótano de la casa, era el preciado rincón encargado de guardar este tesoro.
Debido a esta particular mezcla de culturas es que la comida ha tomado un lugar principal dentro de la colonia hasta convertise en el atractivo turístico por excelencia de la zona, donde el salame y el vino tienen un lugar de privilegio.
En simples palabras, tutto fato in casa y sin dejar que se desperdicie el mínimo elemento que tanto sacrificio costó producir.

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